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viernes, 11 de diciembre de 2015

Siringomielia



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La siringomielia consiste en un agujero lleno de líquido que se forma en la médula ósea y con el paso del tiempo le causa daño a esta.



Las causas que provocan la acumulación de líquido en la siringomielia pueden ser:

  • Defectos congénitos.
  • Traumatismo de la médula espinal.
  • Tumores de la médula espinal.

El agujero lleno de líquido suele comenzar en la zona del cuello y suele expandirse lentamente, ejerciendo presión sobre la médula espinal y la daña de forma lenta y progresiva.

No siempre la enfermedad presenta síntomas, pero no es habitual. Los más comunes son:

  • Dolor de cabeza.
  • Pérdida de masa muscular.
  • Pérdida de la función muscular de las extremidades.
  • Entumecimiento que disminuye la sensibilidad al dolor o la temperatura.
  • Dolor que baja por los brazos, el cuello y la espalda.
  • Debilidad.
  • Espasmos o rigidez.
  • Movimiento descoordinado.
Los objetivos del tratamiento son detener el empeoramiento del daño a la médula espinal y mejorar su funcionamiento. Habitualmente se necesita que se realice una derivación ventriculoperitoneal, en la cual se introduce un catéter para drenar el líquido acumulado. También se puede necesitar fisioterapia para mejorar la función muscular y en los casos más graves, una cirugía para aliviar la presión de la médula espinal.



La prueba más característica para detectar la siringomielia es un examen neurológico, que puede mostrar la pérdida de sensibilidad o de movimiento causada por presión sobre la médula espinal.
Otros exámenes que se pueden realizar son:
Resonancia magnética de la columna vertebral.
Resonancia magnética de la cabeza.
Tomografía computarizada de la columna con mielografía, aunque esta es muy poco común.

Sin un tratamiento adecuado, la afección puede dar lugar a complicaciones tan graves como la pérdida de la función neurológica o la discapacidad permanente. Otras posibles complicaciones pueden ser las derivadas de la cirugía.

No existe ninguna forma de prevenir esta afección.

Neuralgia del trigémino



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La neuralgia del trigémino es una afección dolorosa crónica que afecta al 5º nervio facial. Este trastorno causa ardor extremo, esporádico y súbito o dolor facial de tipo shock durando desde 2 segundos hasta 2 minutos. La intensidad del dolor puede ser física y mentalmente incapacitante.
El nervio trigémino es uno de los pares de nervios craneales. Tiene tres ramas que conducen al cerebro sensaciones de las porciones superior, media e inferior de la cara y la cavidad oral.
La causa es un vaso sanguíneo que comprime al nervio del trigémino cuando sale del tallo cerebral. Esta compresión causa el desgaste del revestimiento protector alrededor del nervio. Esta neuralgia puede ser parte del proceso de envejecimiento normal a medida que los vasos sanguíneos se alargan pueden apoyarse y pulsar contra un nervio. Esta enfermedad también producirse en personas con esclerosis múltiple o por un daño causado en la vaina de mielina. Hay casos de causa desconocida.
Se caracteriza por un dolor facial muy intenso, en forma de ataques bruscos que pueden durar desde un segundo a dos minutos. Se trata de un dolor agudo, punzante o superficial que se produce en las zonas inervadas por el nervio trigémino de forma espontánea, al estimular una serie de zonas (zonas gatillo) con solo tocarlas ligeramente o por factores desencadenantes como hablar, lavarse la cara, afeitarse, sonreír,…Es un dolor que no suele despertar al paciente.
La neuralgia del trigémino idiopática (sin enfermedad asociada) suele presentar remisiones que duran meses o años, pero con frecuencia se repiten las crisis nuevamente y con menor frecuencia entre ellas. Si aparece en el seno de otra enfermedad, la evolución dependerá de ésta.

El tratamiento es principalmente a base de fármacos. El fármaco de primera elección es la carbamazepina. Otros utilizados son la fenitoína, el topiramato, la pregabalina y la lamotrigina. Estos son fármacos anticonvulsionantes, por lo que se debe ajustar muy bien las dosis, iniciando con dosis bajas e ir aumentándolas en función de los efectos secundarios. Por lo general, estos medicamentos se mantienen durante 6-12 meses y posteriormente se inicia su retirada de forma progresiva. En casos de dolor severo tanto en frecuencia como en intensidad del mismo, el tratamiento se puede mantener durante más tiempo.

El tratamiento quirúrgico se reserva para aquellos casos que no responden al tratamiento médico o cuando sus efectos secundarios sean muy importantes. Los objetivos de la cirugía son descomprimir el nervio o destruir las fibras nerviosas que transmiten la percepción del dolor.

Anorexia nerviosa



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La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por un perfeccionismo extremo que principalmente afecta a aspectos relacionados con la alimentación y la imagen corporal. La persona afectada adopta una conducta de restricción alimentaria y tiene miedo a aumentar de peso, incluso cuando este es insuficiente. Puede ser de dos tipos:
  1. Anorexia restrictiva: en este caso, el bajo peso se debe una baja ingesta de alimentos y un ejercicio intenso. pero que no van acompañados de atracones o purgas en los últimos 3 meses.
  2. Anorexia compulsiva/purgativa: en los últimos 3 meses se han producido atracones o purgas.



Las causas de la anorexia son difíciles de determinar ya que pueden ser muy distintas entre una persona y otra, sin embargo, sí existen varios factores predisponentes:
  • Factores individuales de riesgo de anorexia
    • Génetica
    • Alteraciones psiquiátricas: depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, perfeccionismo, etc.
    • Dietas restrictivas
  • Factores familiares
    • Alcoholismo 
    • Trastornos psiquiátircos en familiares
  • Sociedad
    Es el factor que más influye en la aparición de la enfermedad. Los cánones de belleza inalcanzables establecidos por la sociedad y un excesivo culto al cuerpo.

En cuanto a los síntomas, estos son muy característicos y la mayoría se producen en cualquier persona afectada:
  • Miedo a aumentar de peso incluso cuando es insuficiente, lo que provoca un rechazo hacia los alimentos.
    • Cortar el alimento en pequeños trozos, moverlos alrededor del plato
    • Ir al baño después de las comidas
    • Negarse a comer acompañados
  • Necesidad de hacer ejercicio de forma obsesiva
  • Distorsión de la imagen corporal
  • Perfeccionismo en todos los ámbitos de su vida
  • Falta de autoestima
  • En las mujeres, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos en un plazo previsto.
Con una observación a simple vista, se podrían identificar síntomas muy frecuentes:

  • Piel pálida
  • Boca seca
  • Sensación de frío continua
  • Debilidad muscular
Para confirmar el diagnóstico se realizará:
  • Entrevista con la persona
  • Descartar todo tipo de enfermedad orgánica.
  • Pruebas de psicodiagnóstico: concentración de albúmina, pruebas de densidad ósesa, conteo sanguíneo completo, electrocardiografía, eletrólitos, pruebas de función renal, hepática y tiroidea, proteína total, análisis de sangre y orina.
Una vez hecho el diagnóstico y descartado cualquier patología orgánica que lleve a la pérdida de peso o a algunos de los síntomas citados anteriormente, se empieza a tratar al paciente. Es uno de los aspectos más difíciles puesto que hay que conseguir que la persona reconozca que tiene una enfermedad. El proceso de tratamiento incluye no solo al paciente y al médico, sino que consiste en una intervención coordinada entre médico, paciente, psiquiatra, psicólogo, endocrino y ginecólogo. Además, en estos casos juega un papel muy importante el apoyo familiar.

El tratamiento consta de una serie de fases:
  • En un primer momento reina la recuperación del peso normal.
  • Control de la recuperación de peso. Hay que asegurarse de que la personan está recuperando los hábitos alimenticios.
  • Tratamiento psicológico: información, hablar de los problemas, de sus pensamientos, intervención familiar, etc.
  • Tratamiento farmacológico, si es preciso. Se utilizarán antidepresivos y otros psicofármacos que tratan síntomas como la ansiedad y la tristeza.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Encefalopatía hepática



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La encefalopatía hepática es una anormalidad neuropsiquiátrica causada por toxicidad del cerebro y del sistema nervioso secundario a insuficiencia hepatocelular y/o derivación sanguínea porto-sistémica (por exposición del cerebro a concentraciones elevadas de sustancias tóxicas: sobre todo amoníaco). 
Un trabajo importante del hígado es transformar en el cuerpo sustancias tóxicas en inofensivas. Éstas pueden incluir sustancias producidas por el cuerpo al igual que cosas que usted consume (como los medicamentos). Sin embargo, cuando el hígado sufre daño, estos "tóxicos" se pueden acumular en el torrente sanguíneo. El amoníaco, que produce el cuerpo cuando las proteínas se digieren, es una de las sustancias dañinas que normalmente el hígado transforma en inofensiva. Otras toxinas también se pueden acumular y le pueden causar daño al sistema nervioso.
La causa exacta de la encefalopatía hepática se desconoce. Es causada por trastornos que afectan al hígado, entre ellos:
  • Patologías que reducen la función hepática (como la cirrosis o la hepatitis).
  • Afecciones en las cuales la circulación sanguínea no entra al hígado.
Cuando ocurre daño al hígado, la encefalopatía hepática puede presentarse de manera súbita incluso en personas que previamente no tenían problemas hepáticos. Con mayor frecuencia, el problema se desarrolla en personas con enfermedad hepática crónica.
Se caracteriza por una alteración del nivel de conciencia y de la conducta. Inicialmente se manifiesta por inatención, enlentecimiento del pensamiento y en la articulación de las palabras, desorientación, alteración del ritmo del sueño. En los casos más graves la disminución del nivel de conciencia llega a la situación de coma. Su forma de manifestación más frecuente es un episodio agudo de curso fluctuante y finalmente reversible que se denomina EH episódica. Sin embargo, el cuadro clínico también puede ser más prolongado, fluctuante y con recurrencias frecuentes; esta forma de encefalopatía recibe el nombre de encefalopatía crónica recurrente. Finalmente existe la EH mínima cuyas manifestaciones clínicas son tan leves, que únicamente puede establecerse el diagnóstico por pruebas complementarias que miden la función mental, como pruebas psicométricas o electroencefalograma.
El tratamiento de la EH tiene dos pilares fundamentales. Por un lado tratar el factor desencadenante (pudiendo ser este infecciones, alteraciones del equilibrio de los iones y el agua corporal, estreñimiento, algunos fármacos) y por otro disminuir la concentración plasmática de las sustancias que tienen un efecto tóxico en el sistema nervioso central, como el amoníaco. La dieta debe evitar una ingesta exagerada de proteínas, pero no debe restringirse su ingesta; en otras palabras debe tener un porcentaje normal de proteínas. Se debe evitar el estreñimiento y añadir tratamiento laxante con lactulosa o lactitol y en ciertos casos antibióticos (neomicina o rifaximina) que tienen como función modificar la flora digestiva.
En cuanto a la prevención, los pacientes que han presentado uno o más episodios de EH deben ser seguidos de forma periódica, prestando especial atención a evitar el desarrollo de factores precipitantes a través del diagnóstico precoz de cualquier proceso infeccioso, evitar el uso de fármacos que puedan favorecer o precipitar un episodio de encefalopatía como los sedantes (benzodiazepinas) u otros fármacos que depriman la función del sistema nervioso central. Se debe incentivar a los pacientes a llevar una dieta que garantice un correcto estado nutricional y mantener a través de esta y del ejercicio físico, la masa muscular. También se debe incidir en mantener una correcta hidratación y prevenir las alteraciones hidroelectrolíticas a través de controles analíticos y visitas médicas. Finalmente, es importante evitar el estreñimiento y se recomienda mantener un hábito deposicional de 2-3 deposiciones al día.

Ataxia de Friedreich



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Es una enfermedad que afecta a los músculos y al corazón. Es poco común y es hereditaria.




La causa es un defecto o anomalía en un gen denominado frataxina (FXN), que hace que el organismo produzca demasiada cantidad de una parte del ADN que genera el nucleótido GGA. En el cuerpo suele haber entre 8 y 30 copias de este nucleótido, pero una persona con esta enfermedad puede llegar a tener hasta 1000 copias. Cuantas más copias se tengan, más temprano se dará la enfermedad y más rápido su empeoramiento. El gen que produce la enfermedad es autosómico recesivo, lo que quiere decir que la persona debe hererdarlo de ambos parentales para tener la enfermedad.


Los síntomas son causados por el desgaste de estructuras en ciertas zonas del cerebro y médula espinal, que controlan la coordinación, el movimiento muscular... A menudo comienzan antes de la pubertad:

  • Dificultad para hablar.
  • Cambios en la visión, particularmente la visión cromática.
  • Disminución de la capacidad para sentir vibraciones en las extremidades inferiores.
  • Problemas en los pies, como arcos altos o dedo del pie en martillo.
  • Hipoacusia, en el 10% de los pacientes.
  • Movimientos espasmódicos de los ojos.
  • Pérdida de coordinación y equilibrio, que lleva a caídas frecuentes.
  • Debilidad muscular.
  • Ausencia de reflejos en las piernas.
  • Marcha inestable y movimientos descoordinados, que empeoran con el tiempo.
Los problemas musculares conducen a cambios en la columna vertebral que pueden dar lugar a otras enfermedades como escoliosis o cifoscoliosis.
Con mayor frecuencia se desarrolla una cardiopatía y puede llevar a insuficiencia cardíaca, que si no responde al tratamiento termina en muerte.



El tratamiento incluye asesoría, logopedia, fisioterapia y ayudas para caminar o incluso silla de ruedas.
Es posible que sean necesarios dispositivos ortopédicos para la escoliosis y los problemas de pie. El tratamiento de la cardiopatía y diabetes ayuda a las personas a vivir más y mejorar su calidad de vida.

Los exámenes para diagnosticar esta enfermedad pueden incluir:
  • Electrocardiografía.
  • Estudios electrofisiológicos.
  • Electromiografía.
  • Pruebas de conducción nerviosa.
  • Pruebas genéticas.
  • Biopsia muscular.
  • Radiografía o resonancia magnética de la cabeza.
  • Radiografía de tórax. 
  • Radiografía de columna vertebral.
  • Exámenes de azúcar para revelar diabetes.
  • Examen ocular para observar el daño en el nervio óptico.
Entre las complicaciones más frecuentes de la ataxia de Friedreich se encuentran:
  • Diabetes.
  • Insuficiencia cardíaca.
  • Pérdida de la capacidad para movilizarse.
  • Escoliosis o cifoscoliosis.

Al ser una enfermedad genética, no hay forma de prevenirla. Las personas con antecedentes familiares de ataxia de Friedreich deben pensar en realizar una prueba de detección genética para determinar el riesgo para sus hijos.


Enfermedad de Parkinson


    La enfermedad de Parkinson es una alteración del sistema nervioso que afecta a la parte del cerebro que se encarga del movimiento, coordinación de la actividad y tono muscular; haciendo que aparezcan temblores, dificultad para caminar y moverse, lentitud en la iniciación de movimientos y rigidez muscular. Esta enfermedad es del tipo crónico y degenerativo, Suele presentarse mayoritariamente en personas de avanzada edad, y más en hombres que en mujeres.


    El Parkinson se produce debido a que las células del cerebro (llamadas neuronas) que se encuentran en el área del cerebro que se encarga de controlar el movimiento (en la substancia negra del mesencéfalo) mueren o se deterioran. La función de estas neuronas es producir una substancia que es un neurotransmisor y que recibe el nombre de dopamina (por eso estas neuronas se llaman dopaminérgicas), Esta dopamina es la encargada de llevar el mesnaje de movimiento hasta los músculos, por lo que como su producción es deficiente, aparece la enfermedad de Parkinson.
La causa que lleva a esta degeneración de las células es desconocida, aunque se apunta a diversas causas; componente genético, drogodependencia, abuso de medicamentos, traumatismos, pesticidas, toxinas, etc; aunque estos no están comprobados con certeza.

A continuación os dejo des vídeos en los que podéis ver mejor la explicación sobre las neuronas, dopamina y substancia negra por si no me he explicado bien.

 
    Los síntomas y signo de esta alteración van incrementándose con el tiempo, de modo que pase de un estado leve a uno más grave. Existe un gran número de ellos, entre los que destacan los siguientes:

  • Dolor en articulaciones, dificultad para moverse, agotamiento, irritabilidad y depresión como primeros síntomas.
  • Temblor hacia adelante y atrás y que se produce generalmente en manos, pies y mandíbula, afectando solo a una parte del cuerpo (o a la derecha o a la izquierda)
  • Rigidez muscular.
  • Inestabilidad postural.
  • Lentitud en las acciones.
  • Dificultad para tragar y masticar.
  • Incontinencia y estreñimiento.
  • Pérdida de expresividad del rostro.
  • Falta total de movimiento (acinesia)
  • Mala distinción de los olores (hiposmia)
  • Aumento o pérdida de peso.
  • Postura encorvada.
  • Babeo.
  • Parpadeo lento.
  • Habla tranquila y lenta.
  • Presión arterial baja al levantarse.
  • Movimientos pequeños.
  • Alteración del sueño.
  • Alteraciones cutáneas (como eczemas)
  • Sensación de hormigueos.
  • En ocasiones también se pueden dar olvidos, desmayos, demencias...
    Para su diagnóstico se hace una evaluación de los síntomas e historia clínica, que además se acompaña de un examen físico con pruebas como la tomografía axial computarizada (TAC), exámenes de reflejos, análisis de laboratorio, tomografía por emisión de positrones (SPECT), etc.
SPECT
TAC
    Esta patología no tiene cura, no obstante se aplica un tratamiento para frenar la velocidad de avance de la enfermedad así como para reducir o eliminar los síntomas de la misma. Este tratamiento incluye el uso de fármacos, cirugía para eliminar la zona dañada (raramente aplicada, aunque efectiva) y subtalamotomía (implantación de marcapasos en la zona dañada) entre otros. Además, algo que en mi opinión es de gran ayuda son los grupos de apoyo, en los que diferentes personas con la enfermedad en diversos estadíos comparten sus vivencias y se apoyan mutuamente, permitiendo así una disminución de la carga psicológica de la enfermedad y una mejora de la condición de la misma.

    Os dejo una serie de recomendaciones que, si tenéis un familiar enfermo de Parkinson en casa, podéis seguir:

  • Seguir un estilo de vida saludable mejorando la dieta y evitando productos como por ejemplo el tabaco.
  • Modificar la dieta incluyendo productos de fácil deglución.
  • Acudir a un logopeda que ayude a mejorar el habla.
  • Mantenerse activo en la medida de lo posible.
  • Descansar cuando se necesite (aunque sea de día)
  • Evitar el estrés.
  • Reduzca el riesgo de caídas por ejemplo instalando barandillas o pasamanos en casa y sobre todo en los baños.
  • Acudir y realizar actividades ocupacionales para adquirir independencia.
  • Usar dispositivos que mejoren y ayuden en el desplazamiento.
  • Cambiar los botones de la ropa por cremalleras, de modo que sea más fácil su uso.
  • Usar cubiertos que sean más fáciles de manejar que los convencionales y que no puedan causar gran daño (por ejemplo de plástico o con formas especiales, como cucharas más hondas que eviten que se caiga gran parte del contenido)

Hipertensión intracraneal

La hipertensión intracraneal (HIC) es el aumento de la presión en la cavidad craneal por encima de los valores normales (0-15 mmHg). La cavidad craneal está compuesta por el parénquima cerebral, el líquido cefalorraquídeo (LCR) y el componente vascular (arterias y venas). Cuando se produce un aumento de presión por encima de sus valores normales (0-15 mmHg).

Es una urgencia médica ya que puede llegar a ser mortal. La gravedad aumenta si la presión comprime vasos sanguíneos y estructuras cerebrales importantes.

¿Cuáles son las causas?
  • Volumen cerebral aumentado
    • Lesiones ocupantes de espacio: hematomas epidurales y subdurales, tumores, abcesos o aneurismas.
    • Edema cerebral relacionado con lesiones en la cabeza, PCR y encefalopatías metabólicas.
  • Volumen sanguíneo aumentado
    • Obstrucción del sistema venoso
    • Hiperemia
    • Hipercapnia
    • Estados de enfermedad asociadas con aumento de volumen sanguíneo (Síndrome de Reye, etc)
  • Aumento del LCR
¿Cuáles son los síntomas?
Existen tres síntomas característicos:
  1. Cefalea crónica progresiva: no mejora con el tratamiento, pulsátil y empeora por la mañana.
  2. Vómitos "en escopetazo": sin nauseas y empeoran por la mañana.
  3. Papiledema: no se produce en todos los pacientes.
¿Cómo se trata?
Lo primero es conocer la causa de la hipertensión intracraenal, ya que esto es lo que va a determinar el tipo de tratamiento. Una vez conocida, el tratamiento puede ser médico o quirúrgico. Destacamos:
  • Tratamiento médico
    • Estimulación de la ventilación, cabezal de la cama a 30-45º, correcto aporte de oxígeno, líquidos corporales equilibrados.
    • Manitol (diurético osmótico): disminue la presión intracraneal.
    • Glucocorticoides: se utilizarán si el paciente presenta edemas secundarios a masas cerebrales como los tumores.
  • Tratamiento quirúrgico
    • Cuando existe una masa intracraneal que ocupa un espacio y aumenta así el volumen intracraneal, como: hematomas, tumores cerebrales, edemas e infartos cerebrales.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Narcolepsia



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La narcolepsia es una enfermedad del sistema nervioso que causa somnolencia extrema y ataques de sueño durante el día.



Los expertos en este tema aún no están seguros de la causa de la narcolepsia, pero si se asocia a varios factores. En muchas personas que padecen esta enfermedad se han detectado bajos niveles de hipocretina (orexina), hormona química producida por el cerebro que ayuda a mantenerse despierto. Se ha asociado esto a que las personas con narcolepsia presentan un menor número de las células que producen este químico, y esto se ha asociado a una reacción autoinmunitaria. Los investigadores también han detectado ciertos genes ligados a este trastorno, que nos demuestra que es una enfermedad hereditaria.

 Los síntomas suelen aparecer entre los 15 y los 30 años, algunos de los más comunes son:
  • Somnolencia diurna extrema: No se puede controlar cuando se queda dormido.
  • Cataplejia: No puede controlar sus músculos ni moverse.
  • Alucinaciones: Ve y escucha cosas que no existen.
  • Parálisis del sueño: Usted no puede mover su cuerpo a medida que empieza a dormirse o al despertarse.
Es común también que las personas con narcolepsia sufran dificultad para dormir durante la noche.


Como en muchas patologías neurológicas, no existe cura, pero el tratamiento puede ayudar a controlar los síntomas:
Cambios en el estilo de vida:
  • Mantén un patrón de sueño regular, acostándose y levantándose siempre a la misma hora.
  • Mantenga su dormitorio oscuro y a una temperatura confortable.
  • Evite la cafeína, alcohol y comidas pesadas unas horas antes de acostarse.
  • No fume.
  • Relájese, puede darse un baño caliente antes de acostarse.
  • Haga ejercicio regular todos los días, le ayudará a dormir por la noche. Es importante que sea varias horas antes de dormir, sino será contraproducente.
Es básico que se debe informar a profesores, supervisores de trabajo y amigos sobre su situación, para que sepan como actuar en un ataque de narcolepsia.

En cuanto a los medicamentos que el médico le puede recetar:
  • Estimulantes, que pueden ayudarle a mantenerse despierto durante el día.
  • Antidepresivos, que pueden ayudarle a reducir los episodios de cataplejia, parálisis del sueño y alucinaciones.

Con una entrevista y un examen físico el médico puede realizar el diagnóstico, aunque es recomendable que se haga un análisis de sangre para descartar otros trastornos que puedan causar los mismos síntomas.

Las posibles complicaciones que pueden surgir por culpa de la narcolepsia, la mayoría van asociadas a sus síntomas:
  • Dificultad para el desempeño del trabajo.
  • Dificultad para estar en actividades sociales.
  • Lesiones y accidentes si los ataques ocurren durante las actividades.
  • Efectos secundarios de los medicamentos utilizados para tratar este trastorno.

No existe ninguna forma de prevención de la narcolepsia, solo se pueden reducir la cantidad de ataques mediante el tratamiento.


Trastorno bipolar



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    El trastorno bipolar o depresión maníaca es una enfermedad mental que se caracteriza por causar cambios drásticos en el comportamiento, alternando de este modo momentos de depresión (con baja actividad o energía del cerebro) con momentos de extrema felicidad (llamados manía y que tienen mucha actividad o energía) o normalidad. Estas fases duran intervalos de tiempo variados, así, por ejemplo, las fases de felicidad pueden durar desde días hasta un máximo de 3 meses. Los episodios de depresión son más frecuentes que los de manía.

Esta alteración aparece en la adolescencia o edad adulta joven (entre 15 y 25 años) y se mantiene de por vida. Es muy raro el diagnóstico en una edad menor a doce años, aunque no podemos descartar su existencia.

    No se conoce la causa de este trastorno, aunque se asocia a un componente genético, ya que un gran porcentaje de los pacientes con bipolaridad presentan un familiar con antecedentes de depresión o indicios de este trastorno. Se habla también de la posibilidad de ser causado por un desequilibrio bioquímico por un fallo en la producción de hormonas o de neurotransmisores (cuya función es llevar el mensaje de unas células a otras del cerebro llamadas neuronas). No obstante, esto último aún está siendo investigado.

    Los signos y síntomas se pueden clasificar en dos grupos:

Signos y síntomas que aparecen en los episodios de felicidad
  • Aumento de energía y actividad del cerebro (esto se conoce como hipomanía, y hace que la persona no perciba la enfermedad y la niegue).
  • Inquietud, pensamientos rápidos, hablar rápido, exceso de euforia.
  • Fácil distracción.
  • Irritabilidad.
  • Poca necesidad de dormir.
  • Comportamientos imprudentes y falta de control.
  • Comportamiento entrometido o agresivo.
  • Exceso de autoestima y confianza en uno mismo (piensan que todo lo pueden)
Signos y síntomas de los episodios de depresión
  • Tristeza, ansiedad, soledad.
  • Ánimo bajo, desesperanza y pesimismo.
  • Culpabilidad, desvalorización e impotencia.
  • Pérdida del interés por las cosas.
  • Disminución de la energía y actividad del cerebro, fatiga.
  • Disminución de la concentración.
  • Inquietud.
  • Irritabilidad.
  • Trastornos del sueño y de dormir.
  • Pérdida del apetito y cambios en el peso (aumento o disminución)
  • Dolor crónico.
  • Pensamientos de suicidio y muerte.
    Para detectar esta enfermedad se realiza un análisis de diversos aspectos, como pueden ser los antecedentes familiares de esta u otras patologías similares, preguntar a la familia si el paciente ha tenido o tiene episodios de alternancia entre manías y depresión, indagar sobre la salud mental del paciente, vigilar el comportamiento, etc. Además se pueden realizar otras pruebas que descarten otras enfermedades que puedan estar causando síntomas similares a los del trastorno bipolar.

    El tratamiento más usado para combatir el trastorno bipolar son los medicamentos, entre los que destacan los llamados estabilizadores del ánimo, los antipsicóticos y los antidepresivos. También se puede usar la terapia electroconvulsiva (TEC), que usa una corriente eléctrica. Por último mencionar las psicoterapias y programas de apoyo, que en mi opinión son una gran herramienta para ayudar en la evolución del enfermo, en la mejora de los síntomas e intentar que este reconozca su enfermedad; además, en los grupos de apoyo coinciden pacientes en diferentes fases de evolución de la enfermedad, por los que uno puede ver el avance que se lleva a cabo y esto aporta esperanza. En general los tratamientos tienen como finalidad mejorar los síntomas y evitar o reducir los episodios de manías y depresión, así como evitar los daños en estos últimos (como el suicidio).


Síndrome del túnel carpiano



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La zona de la muñeca donde ingresa el nervio mediano en la mano se llama túnel carpiano. Este nervio es el que brinda sensación y movimiento al lado de la palma de la mano incluyendo el lado palmar del pulgar, el dedo índice, el medio y el anular.

El síndrome del túnel carpiano se produce cuando el nervio mediano, que va desde el antebrazo hacia la mano, se comprime o se aprieta en la muñeca. Podría haber una predisposición congénita, ya que el túnel carpiano es simplemente más pequeño en algunas personas que en otras. Otros factores que contribuyen incluyen traumatismo o lesión en la muñeca que causa inflamación, como un esguince o una fractura; obesidad, sobreactividad de la glándula pituitaria; hipotiroidismo; artritis reumatoide; problemas mecánicos en la articulación de la muñeca; estrés laboral; uso repetitivo de herramientas de mano vibradoras; retención de líquidos durante el embarazo o la menopausia; o el desarrollo de un quiste o tumor en el canal. En cambio, en algunos casos no puede identificarse ninguna causa.

Existen pocos datos clínicos para probar si los movimientos repetitivos y contundentes de la mano y la muñeca durante el trabajo o las actividades recreativas pueden causar el síndrome del túnel carpiano.
Generalmente los síntomas comienzan gradualmente, con ardor y hormigueo frecuente o entumecimiento con picazón en la palma de la mano y los dedos, especialmente el pulgar, el índice y dedo medio. Algunas personas que padecen el síndrome de túnel carpiano dicen que sus dedos se sienten inútiles e hinchados, aún cuando no es casi aparente la inflamación. A menudo los síntomas aparecen primero en una o ambas manos durante la noche, ya que muchas personas duermen con las muñecas flexionadas. Una persona con el síndrome del túnel carpiano puede despertarse con la necesidad de “sacudir” la mano o la muñeca. A medida que los síntomas empeoran, las personas pueden sentir hormigueo durante el día. La disminución en la fuerza de agarre podría dificultar cerrar el puño, asir objetos pequeños, o realizar otras tareas manuales. En casos crónicos y/o no tratados, los músculos en la base del pulgar podrían atrofiarse. Algunas personas no pueden discriminar entre calor y frío al tacto.
Para su diagnóstico se emplean pruebas como la de Tinel, o la de Phalen. A continuación dejo un vídeo donde se muestra como hacer esas sencillas pruebas para descubrir si se padece este molesto síndrome.
En cuanto al tratamiento, hay diversos medicamentos que pueden aliviar el dolor y la inflamación asociados con el síndrome del túnel carpiano. Por otra parte los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento pueden ser útiles en las personas cuyos síntomas han disminuido o terminado. Por último existe un tratamiento quirúrgico que implica cortar la banda del tejido alrededor de la muleca para reucir la presión sobre el nervio mediano.
Aunque los síntomas pueden aliviarse inmediatamente después de la cirugía, la recuperación de la cirugía del túnel carpiano puede llevar meses. Algunas personas pueden tener infecciones, daño nervioso, rigidez, y dolor en la cicatriz. Ocasionalmente la muñeca pierde fuerza debido a que está cortado el ligamento carpiano. Las personas deben someterse a fisioterapia después de la cirugía para restablecer la fuerza de la muñeca. Algunas personas pueden necesitar que se ajusten sus tareas laborales o hasta cambiar de trabajo después de la recuperación de la cirugía.

martes, 8 de diciembre de 2015

Encefalitis



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La encefalitis es la irritación o inflamación del encéfalo, conocido comúnmente como cerebro, casi siempre debido a infecciones.
Es una enfermedad poco común y se suele presentar en el primer año de vida. Las personas muy jóvenes y los adultos mayores son más propensos a presentar casos graves.



La causa más frecuente es una infección viral, que puede ser provocada por muchos virus. La exposición a los virus puede suceder a través de:

  • Inhalación de las gotitas respiratorias de una persona infectada.
  • Alimentos o bebidas contaminados.
  • Picaduras de mosquitos, garrapatas u otros insectos.
  • Contacto con la piel.

La causada por el virus del herpes simple es la causa principal de los casos más graves, sea cual sea la edad.
Las vacunas de rutina han reducido considerablemente la encefalitis que se debe a virus como:

  • Sarampión.
  • Paperas.
  • Polio.
  • Rabia.
  • Rubéola.
  • Varicela.


Otras causas de encefalitis pueden incluir:
  • Una reacción alérgica a vacunas.
  • Enfermedad autoinmunitaria.
  • Bacterias como la de enfermedad de Lyme, sífilis y tuberculosis.
  • Parásitos como nemátodos, cisticercosis y toxoplasmosis en pacientes con SIDA y otras personas que tengan un sistema inmunitario debilitado.
  • Efectos del cáncer.

Algunos pacientes suelen tener los síntomas de un resfriado o una infección estomacal antes de que los síntomas reales de la encefalitis comiencen.
Cuando esta infección es leve, los síntomas más comunes son:
  • Febrículas.
  • Dolor de cabeza leve.
  • Baja energía e inapetencia.
  • Torpeza y marcha inestable.
  • Confusión y desorientación.
  • Somnolencia.
  • Irritabilidad.
  • Sensibilidad a la luz.
  • Rigidez de cuello y espalda.
  • Náuseas y vómitos.

El tratamiento busca dar al paciente cuidados complementarios para ayudar al cuerpo a combatir la infección y aliviar los síntomas. Los medicamentos pueden incluir:
  • Medicamentos antivirales si la infección fue provocada por un virus.
  • Antibióticos si la infección fue provocada por una bacteria.
  • Anticonvulsivos para prevenir crisis epilépticas.
  • Esteroides para reducir la inflamación cerebral.
  • Sedantes para tratar irritabilidad o inquietud.
  • Paracetamol o ácido acetilsalicílico para la fiebre y el dolor de cabeza.


El examen para diagnosticar una encefalitis consistirá en una entrevista y un examen físico, en los que se pueden detectar los siguientes síntomas:
  • Reflejos anormales.
  • Aumento de la presión intracraneal.
  • Confusión mental.
  • Úlceras bucales.
  • Debilidad muscular.
  • Rigidez en el cuello y la espalda.
  • Signos en otros órganos como el hígado y los pulmones.
  • Erupción cutánea.
  • Problemas del habla.
Pruebas alternativas para confirmar que se trata de una encefalitis y no de otras patologías pueden ser:
  • Resonancia magnética de cerebro.
  • Tomografía computarizada de la cabeza.
  • Cultivo de líquido cefalorraquídeo, hemocultivo o urocultivo.
  • Electroencefalograma.
  • Punción lumbar y examen de líquido cefalorraquídeo.
  • Prueba serológica para detectar anticuerpos contra un virus.

La encefalitis puede dar lugar a daño cerebral permanente, que puede afectar a:
  • La audición.
  • La memoria.
  • El control muscular.
  • La sensibilidad.
  • El lenguaje.
  • La visión.


Para la prevención de esta infección queremos darles unos pequeños consejos:
  • Evitar el contacto con pacientes de encefalitis.
  • Evitar las zonas con mosquitos, ya que sus picaduras pueden contagiarte.
  • Eliminar cualquier fuente de agua estancada.
  • Aplicarse las vacunas de rutina contra los virus mencionados anteriormente. Además, si vas a realizar un viaje a Asia, debes recibir vacunas específicas para evitar la encefalitis japonesa.
  • Vacunar a los animales, debido a que la encefalitis puede ser causada por el virus de la rabia.

Demencia

   

    La demencia es la pérdida o deterioro de la función cerebral y capacidad mental (como la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio y el comportamiento). Esta enfermedad interfiere gravemente en el día a día no solo del enfermo, sino de las personas que lo rodean, ya que reduce la capacidad de realización de actividades aumentando la dependencia.


   Existen diversos tipos de demencia, de los cuales la más común es el Alzheimer (que además es irreversible), como se puede ver en la tabla. Dentro de otros tipos podemos mencionar la demencia vascular (que ocurre cuando tienen lugar varios accidente scerebrovasculares) o la demencia de los cuerpos de Lewy (por estructuras proteínicas anormales en el cerebro) como las más comunes.


   La causa de esta patología es el deterioro de las células del cerebro, que impide la correcta comunicación entre ellas. Este deterioro puede producirse por varias razones, como puede ser la edad avanzada, varios accidentes cerebrovasculares seguidos, anormalidades en estructuras celulares del cerebro (estas dos comentadas en el párrafo anterior), altos niveles de proteínas dentro y fuera de las células del cerebro, infecciones de VIH, enfermedad de Pick, esclerosis múltiple, enfermedad de Huntington, etc.

    De entre los síntomas podemos encontrar la afectación a las emociones, personalidad, memoria (los olvidos son muy frecuentes), percepción, pensamiento, juicio, razonamiento y percepción visual; incapacidad para tomar decisiones: tardar tiempo en realizar actividades mentales; pérdida de habilidades sociales; pérdida del interés por las cosas; problemas de lenguaje (hasta llegar a no poder expresarse o entender); cambios en los patrones del sueño; olvidar acontecimientos de su vida; comportamientos violentos; tener alucinaciones; tener depresión; incapacidad de controlar la orina o deposiciones; incapacidad para deglutir, etc. Estas manifestaciones comienzan de forma leve, pero con el paso del tiempo empeoran y se van agravando, hasta llegar a una completa dependencia.

    Para detectar la demencia se lleva a cabo un examen completo en el que se investigan antecedentes en la historia del paciente y se realizan preguntas de su vida (como olvidos, episodios de amnesia, etc.), se lleva a cabo un examen físico del sistema nervioso y se estudia la función mental (evolución del estado mental). Además, se van a realizar una serie de pruebas con el fin de saber si la demencia puede estar causada por otra patología, de forma que al solucionar esta se solucione también la demencia (como un tumor cerebral o una depresión). Algunas de las pruebas que se harán para esto pueden ser el análisis de la vitamina B12, análisis de orina, análisis del nivel de la hormona estimulante de la tiroides, resonancia magnética de la cabeza, electrocardiograma, etc.

    El tratamiento se pautará según la causa de esta enfermedad, pero en cualquier caso se emplean fármacos (con una u otra finalidad según la causa). También se emplean terapias y ejercicios mentales que ayudan a ralentizar la degradación de la enfermedad y a mejorar sus síntomas.

    Ya para acabar os quiero dejar una serie de recomendaciones para intentar en ciento modo prevenir la demencia, y digo en cierto modo porque no nos podemos olvidar de que existen factores que influyen en la aparición de la demencia sobre los cuales no podemos actuar, como sol la edad y la genética. Recomendaciones:

  • Cuidar la alimentación: para esto podemos seguir, por ejemplo, la dieta mediterránea. Aquí os dejo un vídeo en el que se explica un poco este tipo de dieta enseñándonos que alimentos consumir y cuales reducir.
    
   

  •    Realizar ejercicio físico: esto ayuda a aumentar el flujo sanguíneo, por lo que llegará más sangre al cerebro y con ella más oxígeno, beneficiando así a las células del cerebro (neuronas).
  • Evitar los factores de riesgo cardiovasculares: como son el tabaco, la obesidad, la presión arterial alta o el colesterol entre otros. De este modo reduciremos las posibilidades de sufrir un accidente cardiovascular que pueda afectar a los vasos sanguíneos que nutren al cerebro.

Vértigo o pérdida de equilibrio

El vértigo es una sensación subjetiva de movimiento, de giro del entorno o de uno mismo o de precipitación al vacío sin que exista realmente. Suele ir acompañado de náuseas, pérdida de equilibrio y sensación de desmaye. Es necesario distinguir entre mareo y vértigo, ya que las personas que sienten vértigo sí sienten como si realmente estuviesen girando o moviéndose, o como si su entorno lo estuviese haciendo.
Está relacionado con alteraciones del sistema vestibular, que se encuentra en el interior del oído interno y es el responsable del equilibrio y la postura.



Puede ser períferico o central.
  1. Vértigo periférico: el problema se encuentra en el sistema vestibular, que se encuentra en el oído interno y es el responsable del equilibrio y la postura corporal. También puede estar involucrado el nervio vestibular, que conecta el oído interno con el tronco encefálico.
  2. Vértigo central: el problema se encuentra en el cerebro, concretamente en el tronco encefálico o en el cerebelo, que es la parte posterior al cerebro.

La causa principal de este trastorno es una alteración en el oído, en la conexión nerviosa del oído al cerebro o en el propio cerebro. Pero otros factores que se asocian a la aparición de vértigo son:
  • Mareos
  • Infecciones en el oído interno
  • Enfermedad de Ménière: aparición de vértigo de forma esporádica y episódica, acompañado de zumbidos, pérdida de la audición y náuseas.
  • Presión arterial alterada: hipotensión ortostática, etc
  • Trastornos neurológicos: esclerosis múltiple, fracturas en el cráneo, tumores, ictus.



























Dependiendo de si el vértigo es periférico o central, los síntomas serán un poco diferentes:
  • Vértigo periférico: vértigo intenso que no es continuo, por lo que la persona tiene momentos en los que se encuentra bien y otros en los que los síntomas son muy acusados. En los momentos de crisis se pierde la audición.
  • Vértigo central: vértigo menos intenso pero continuo. El paciente no pierde la audición. A diferencia del periférico, en este tipo de vértigo puede haber parálisis central.
En cuanto al tratamiento, existen fármacos que tratan, sobre todo, los síntomas. Es importante recordar que estos medicamentos se tienen que empezar tomando en dosis muy bajas e ir aumentando las dosis paulatinamente. Destacamos:
  • Prometacina y meclicina
  • Diazepam y clonacepam
  • Tietilperacina y metoclopramida
  • Ondansertrón
  • Sulprida

Para prevenir este trastorno, es recomendable evitar las posiciones extremas de cabeza o movimientos demasiado rápidos de esta. También es importante reducir el estrés, ya que puede ayudar a desencadenar el riesgo.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Síndrome de piernas inquietas



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Se trata de un trastorno neurológico que se caracteriza por la presencia de sensaciones extrañas y desagradables estando sentado o tumbado. Estas sensaciones que son descritas por el paciente como pinchazos, picores, hormigueos o quemazón implican la necesidad imperiosa de mover las piernas para aliviarlas.
El síndrome de piernas inquietas (SPI) puede afectar a la calidad de sueño ya que ocasiona somnolencia durante el día, así como cuadros de ansiedad y depresión que repercuten de manera importante sobre la calidad de vida de las personas afectadas.
Los principales signos y síntomas:

  • Necesidad irresistible de mover las piernas.
  • Inicio o empeoramiento de los síntomas durante períodos se inactividad.
  • Alivio con el movimiento.
  • Se empeoran los síntomas a últimas horas de la tarde o por la noche.
En la mayoría de los casos, se desconoce la causa del SPI. Existe un historial familiar de la enfermedad en aproximadamente un 50 por ciento de los casos, lo que sugiere una forma genética del trastorno.
En otros casos, parece estar relacionado a los siguientes factores o condiciones, aunque los investigadores aún no saben si estos factores realmente causan el síndrome.
  • Las personas con niveles bajos de hierro o con anemia pueden tener una tendencia a desarrollarlo. Una vez que se hayan corregido los niveles de hierro o la anemia, los pacientes pueden ver una disminución en los síntomas.
  • Las enfermedades crónicas como el fallo renal, la diabetes, la enfermedad de Parkinson, y la neuropatía periférica están asociadas con el SPI. Cuando se trata la enfermedad principal a menudo se obtiene un alivio de los síntomas.
  • Algunas mujeres embarazadas lo sufren, especialmente en su último trimestre. En la mayoría de estas mujeres, los síntomas generalmente desaparecen a las 4 semanas del parto.
  • Algunos medicamentos para prevenir la náusea, las convulsiones, los antipsicóticos, y algunos medicamentos para el catarro o las alergias-pueden agravar los síntomas. Los pacientes pueden consultar con su médico sobre la posibilidad de cambiar los medicamentos.
En la gran mayoría de los casos, hay que tener en cuenta que el SPI es un trastorno de curso crónico y progresivo. Al principio, se manifiesta de forma esporádica, con discretas molestias que no interfieren de forma significativa con la vida de los sujetos que lo padecen. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, la intensidad de síntomas es cada vez mayor y más frecuente, y no es raro que estos pacientes refieran importantes problemas para iniciar y mantener el sueño, presentando gran inquietud, nerviosismo y desasosiego, sobretodo en las situaciones que requieran reposo prolongado. Las consecuencias son muy negativas para el bienestar del paciente, por lo que en estos casos debe plantearse un tratamiento de tipo farmacológico.

Es importante mantener un horario de sueño regular, realizar ejercicio físico moderado (a últimas horas de la tarde), y reducir el consumo de café, tabaco y alcohol.
Si se identifican posibles causas del SPI, lo primero es intentar corregirlas (déficit de hierro, fármacos antidepresivos y algunos bloqueantes de la dopamina, alteraciones en el funcionamiento renal, etc.).

Parálisis cerebral



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La parálisis cerebral consiste en un grupo de trastornos que pueden comprometer funciones del cerebro y del sistema nervioso como la del movimiento, el aprendizaje, la audición, la visión y el pensamiento. Existen distintos tipos de parálisis cerebral, por ejemplo: espástica, discinética, atáxica, hipotónica, mixta...



Las causas que provocan una parálisis cerebral son lesiones o anomalías en el cerebro. La mayoría ocurren a medida que el feto crece en el útero aunque también se pueden presentar en cualquier momento durante los dos primeros años de vida, mientras el cerebro del bebé aún se está desarrollando. En algunos pacientes de esta enfermedad, partes del cerebro se lesionan debido a la hipoxia en el área, aunque aún no se sabe a qué es debida esta falta de oxígeno.
Los bebés prematuros sufren un mayor riesgo de padecer parálisis cerebral aunque esta también puede ocurrir en el comienzo de la lactancia como resultado de diversas afecciones como:

  • Hemorragia cerebral.
  • Infecciones cerebrales como encefalitis, meningitis...
  • Traumatismo craneal.
  • Infecciones en la madre durante el embarazo, como la rubéola.
  • Ictericia grave.
En algunos casos la causa no está clara y no se puede determinar.


Los síntomas de parálisis son muy amplios y diversos. Se suelen observar entre los 3 meses y los 2 años de vida del bebé y pueden:
  • Ser desde muy leves hasta muy graves.
  • Afectar tan solo a un lado del cuerpo o a ambos.
  • Ser más pronunciados en miembros superiores o inferiores o ser igual para ambos.
Los síntomas de la parálisis cerebral espástica, que es el tipo más común, abarcan:
  • Músculos muy tensos y que no se estiran.
  • Marcha anormal al caminar.
  • Articulaciones rígidas que no se abren por completo.
  • Debilidad muscular o pérdida del movimiento en un grupo de músculos.
Estos síntomas son comunes a otros tipos de parálisis cerebral:
  • Movimientos anormales de manos, pies, brazos o piernas.
  • Temblores.
  • Marcha inestable.
  • Pérdida de coordinación.
  • Músculos flojos y articulaciones que se mueven demasiado a su alrededor.
  • Disminución de la inteligencia o dificultad para el aprendizaje.
  • Problemas de habla.
  • Problemas de audición o visión.
  • Convulsiones.
  • Dolor.
  • Dificultad para succionar en los bebés y para masticar y tragar en niños mayores y adultos.
  • Vómitos o estreñimiento.
  • Aumento del babeo.
  • Crecimiento más lento de lo normal.
  • Respiración irregular.
  • Incontinencia urinaria.

No existe la cura para la parálisis cerebral. El objetivo del tratamiento es ayudar a la persona a ser lo más independiente posible.
El tratamiento requiere un abordaje en equipo, que incluye:
  • Un médico de atención primaria.
  • Un odontólogo.
  • Un trabajador social.
  • Enfermeros.
  • Terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas y logopedas.
  • Otros especialistas como un neurólogo, un neumólogo, un médico especialista en rehabilitación...
Se basa en los síntomas de la persona y en la necesidad de prevenir complicaciones.
Es recomendable llevar al niño a escuelas regulares, a menos que las discapacidades físicas o el desarrollo mental lo imposibiliten. Para la comunicación y el aprendizaje pueden ser útiles:
  • Gafas.
  • Audífonos.
  • Dispositivos ortopédicos para músculos y huesos.
  • Ayudas para caminar o sillas de ruedas.
Los medicamentos que se suelen aplicar para este tipo de patologías son:
  • Anticonvulsivos para prevenir o reducir las convulsiones.
  • Toxina botulínica para ayudar con la espasticidad y el babeo.
  • Relajantes musculares para reducir temblores y espasticidad.
Se puede precisar una cirugía para:
  • Controlar el reflujo gastroesofágico.
  • Cortar ciertos nervios de la médula espinar para ayudar con el dolor y la espasticidad.
  • Colocar tubos de alimentación.
  • Aliviar contracturas articulares.

Las pruebas y exámenes para verificar una parálisis cerebral necesitan un examen neurológico completo. Además, para las personas mayores, la evaluación de la función cognitiva también es importante. Algunos exámenes que se pueden realizar son:
  • Exámenes de sangre.
  • Tomografía computarizada del cerebro.
  • Electroencefalografía.
  • Examen audiométrico.
  • Resonancia magnética de la cabeza.
  • Examen oftalmológico.


La parálisis cerebral puede dar lugar a múltiples complicaciones como:
  • Adelgazamiento de los huesos u osteoporosis.
  • Oclusión intestinal.
  • Dislocación de la cadera y artritis en la articulación de la cadera.
  • Lesiones por caídas.
  • Contracturas en las articulaciones.
  • Neumonía causada por asfixia.
  • Desnutrición.
  • Disminución en las destrezas de comunicación.
  • Disminución en la capacidad intelectual.
  • Escoliosis.
  • Crisis epiléptica o convulsiones.
  • Estigmatización social.

Para la prevención de esta patología es importante recibir un cuidado prenatal adecuado que puede reducir el riesgo de algunas causas pocos frecuentes de parálisis cerebral. De todas formas, en la mayoría de los casos, no se puede prevenir la lesión que causa el trastorno.

Esquizofrenia

    La esquizofrenia es un trastorno mental grave y complejo que deteriora las capacidades psicológicas de las personas afectando al pensamiento, percepción, voluntad  y emociones (como establecer la diferencia entre real e irreal, tener respuestas emocionales normales, establecer relaciones sociales de forma normal, etc.)

    No existe una respuesta clara sobre cuál es la causa de esta enfermedad, aunque se habla de que varias causas pueden producirla, causas como:

  • Alteraciones precoces en el desarrollo del cerebro.
  • Genética y antecedentes de la enfermedad en la familia.
  • Alteraciones en los neurotransmisores (sustancias que se encargan de transmitir el impulso nervioso entre las células del cerebro o neuronas)
Azul = neuronas
Rojo = neurotransmisores
  • Infecciones en el embarazo y parto dificultoso.
    Los síntomas van a pareciendo de forma progresiva conforme la enfermedad va evolucionando y aumenta la degeneración. Estos son subjetivos, ya que solo el enfermo los percibe. Los síntomas más característicos son los delirios, alucinaciones, pérdida de la capacidad de expresarse bien, pérdida de la fluidez al hablar, alteración de la percepción de uno mismo (por ejemplo no reconocen su cuerpo al verse en el espejo), alteración y deterioro de las emociones (pérdida de las emociones que lleva a la frialdad e inexpresividad), aislamiento, pérdida del interés por las personas o cosas, sentirse irritable o tenso, dificultad para concentrarse, dificultad para dormir, 

    El diagnóstico de esta enfermedad se hará por medio del análisis de los síntomas y el historial del paciente. Además se puede realizar una entrevista al paciente y familia, que será analizada por un psiquiatra. Puede ser que se lleven a cabo otras pruebas para descartar otras enfermedades como tumores cerebrales, epilepsia, reacciones a medicamentos, etc. 

    El tratamiento para la esquizofrenia se lleva a cabo mediante fármacos antipsicóticos. Este tratamiento puede causar efectos secundarios (temblor, vértigo, somnolencia, movimientos lentos, aumento de peso), pero aunque esto ocurra se suele seguir aplicando, ya que los efectos son de menor gravedad que la enfermedad. Si los antipsicóticos no funcionan se pueden probar otros medicamentos o técnicas. Existe una terapia llamada electroshock que, aunque era muy cuestionado, hoy en día está dando buenos resultados. Otro instrumento terapéutico importante es el diálogo entre médico y paciente, así como la integración del enfermo d¡en el medio. Los grupos de apoyo pueden ayudar mucho para conseguir estos objetivos. Esta alteración no tiene cura, por lo que el tratamiento se deberá aplicar de por vida.

Aquí os dejo un vídeo sobre la terapia de electroshock que, en caso del paciente que sale en el, se aplica para tratar una depresión, pero como ya se ha dicho es aplicable a la esquizofrenia.