La siringomielia consiste en un agujero lleno de líquido que se forma en la médula ósea y con el paso del tiempo le causa daño a esta.
Las causas que provocan la acumulación de líquido en la siringomielia pueden ser:
- Defectos congénitos.
- Traumatismo de la médula espinal.
- Tumores de la médula espinal.
El agujero lleno de líquido suele comenzar en la zona del cuello y suele expandirse lentamente, ejerciendo presión sobre la médula espinal y la daña de forma lenta y progresiva.
No siempre la enfermedad presenta síntomas, pero no es habitual. Los más comunes son:
- Dolor de cabeza.
- Pérdida de masa muscular.
- Pérdida de la función muscular de las extremidades.
- Entumecimiento que disminuye la sensibilidad al dolor o la temperatura.
- Dolor que baja por los brazos, el cuello y la espalda.
- Debilidad.
- Espasmos o rigidez.
- Movimiento descoordinado.
Los objetivos del tratamiento son detener el empeoramiento del daño a la médula espinal y mejorar su funcionamiento. Habitualmente se necesita que se realice una derivación ventriculoperitoneal, en la cual se introduce un catéter para drenar el líquido acumulado. También se puede necesitar fisioterapia para mejorar la función muscular y en los casos más graves, una cirugía para aliviar la presión de la médula espinal.
La prueba más característica para detectar la siringomielia es un examen neurológico, que puede mostrar la pérdida de sensibilidad o de movimiento causada por presión sobre la médula espinal.
Otros exámenes que se pueden realizar son:
Resonancia magnética de la columna vertebral.
Resonancia magnética de la cabeza.
Tomografía computarizada de la columna con mielografía, aunque esta es muy poco común.
Sin un tratamiento adecuado, la afección puede dar lugar a complicaciones tan graves como la pérdida de la función neurológica o la discapacidad permanente. Otras posibles complicaciones pueden ser las derivadas de la cirugía.
No existe ninguna forma de prevenir esta afección.
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