El trastorno bipolar o depresión maníaca es una enfermedad mental que se caracteriza por causar cambios drásticos en el comportamiento, alternando de este modo momentos de depresión (con baja actividad o energía del cerebro) con momentos de extrema felicidad (llamados manía y que tienen mucha actividad o energía) o normalidad. Estas fases duran intervalos de tiempo variados, así, por ejemplo, las fases de felicidad pueden durar desde días hasta un máximo de 3 meses. Los episodios de depresión son más frecuentes que los de manía.
Esta alteración aparece en la adolescencia o edad adulta joven (entre 15 y 25 años) y se mantiene de por vida. Es muy raro el diagnóstico en una edad menor a doce años, aunque no podemos descartar su existencia.
No se conoce la causa de este trastorno, aunque se asocia a un componente genético, ya que un gran porcentaje de los pacientes con bipolaridad presentan un familiar con antecedentes de depresión o indicios de este trastorno. Se habla también de la posibilidad de ser causado por un desequilibrio bioquímico por un fallo en la producción de hormonas o de neurotransmisores (cuya función es llevar el mensaje de unas células a otras del cerebro llamadas neuronas). No obstante, esto último aún está siendo investigado.
Los signos y síntomas se pueden clasificar en dos grupos:
Signos y síntomas que aparecen en los episodios de felicidad
- Aumento de energía y actividad del cerebro (esto se conoce como hipomanía, y hace que la persona no perciba la enfermedad y la niegue).
- Inquietud, pensamientos rápidos, hablar rápido, exceso de euforia.
- Fácil distracción.
- Irritabilidad.
- Poca necesidad de dormir.
- Comportamientos imprudentes y falta de control.
- Comportamiento entrometido o agresivo.
- Exceso de autoestima y confianza en uno mismo (piensan que todo lo pueden)
Signos y síntomas de los episodios de depresión
- Tristeza, ansiedad, soledad.
- Ánimo bajo, desesperanza y pesimismo.
- Culpabilidad, desvalorización e impotencia.
- Pérdida del interés por las cosas.
- Disminución de la energía y actividad del cerebro, fatiga.
- Disminución de la concentración.
- Inquietud.
- Irritabilidad.
- Trastornos del sueño y de dormir.
- Pérdida del apetito y cambios en el peso (aumento o disminución)
- Dolor crónico.
- Pensamientos de suicidio y muerte.
Para detectar esta enfermedad se realiza un análisis de diversos aspectos, como pueden ser los antecedentes familiares de esta u otras patologías similares, preguntar a la familia si el paciente ha tenido o tiene episodios de alternancia entre manías y depresión, indagar sobre la salud mental del paciente, vigilar el comportamiento, etc. Además se pueden realizar otras pruebas que descarten otras enfermedades que puedan estar causando síntomas similares a los del trastorno bipolar.
El tratamiento más usado para combatir el trastorno bipolar son los medicamentos, entre los que destacan los llamados estabilizadores del ánimo, los antipsicóticos y los antidepresivos. También se puede usar la terapia electroconvulsiva (TEC), que usa una corriente eléctrica. Por último mencionar las psicoterapias y programas de apoyo, que en mi opinión son una gran herramienta para ayudar en la evolución del enfermo, en la mejora de los síntomas e intentar que este reconozca su enfermedad; además, en los grupos de apoyo coinciden pacientes en diferentes fases de evolución de la enfermedad, por los que uno puede ver el avance que se lleva a cabo y esto aporta esperanza. En general los tratamientos tienen como finalidad mejorar los síntomas y evitar o reducir los episodios de manías y depresión, así como evitar los daños en estos últimos (como el suicidio).
Referencias:
Mental Health America
MedLine
El tratamiento más usado para combatir el trastorno bipolar son los medicamentos, entre los que destacan los llamados estabilizadores del ánimo, los antipsicóticos y los antidepresivos. También se puede usar la terapia electroconvulsiva (TEC), que usa una corriente eléctrica. Por último mencionar las psicoterapias y programas de apoyo, que en mi opinión son una gran herramienta para ayudar en la evolución del enfermo, en la mejora de los síntomas e intentar que este reconozca su enfermedad; además, en los grupos de apoyo coinciden pacientes en diferentes fases de evolución de la enfermedad, por los que uno puede ver el avance que se lleva a cabo y esto aporta esperanza. En general los tratamientos tienen como finalidad mejorar los síntomas y evitar o reducir los episodios de manías y depresión, así como evitar los daños en estos últimos (como el suicidio).
Referencias:
Mental Health America
MedLine
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