viernes, 11 de diciembre de 2015

Anorexia nerviosa



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La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por un perfeccionismo extremo que principalmente afecta a aspectos relacionados con la alimentación y la imagen corporal. La persona afectada adopta una conducta de restricción alimentaria y tiene miedo a aumentar de peso, incluso cuando este es insuficiente. Puede ser de dos tipos:
  1. Anorexia restrictiva: en este caso, el bajo peso se debe una baja ingesta de alimentos y un ejercicio intenso. pero que no van acompañados de atracones o purgas en los últimos 3 meses.
  2. Anorexia compulsiva/purgativa: en los últimos 3 meses se han producido atracones o purgas.



Las causas de la anorexia son difíciles de determinar ya que pueden ser muy distintas entre una persona y otra, sin embargo, sí existen varios factores predisponentes:
  • Factores individuales de riesgo de anorexia
    • Génetica
    • Alteraciones psiquiátricas: depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, perfeccionismo, etc.
    • Dietas restrictivas
  • Factores familiares
    • Alcoholismo 
    • Trastornos psiquiátircos en familiares
  • Sociedad
    Es el factor que más influye en la aparición de la enfermedad. Los cánones de belleza inalcanzables establecidos por la sociedad y un excesivo culto al cuerpo.

En cuanto a los síntomas, estos son muy característicos y la mayoría se producen en cualquier persona afectada:
  • Miedo a aumentar de peso incluso cuando es insuficiente, lo que provoca un rechazo hacia los alimentos.
    • Cortar el alimento en pequeños trozos, moverlos alrededor del plato
    • Ir al baño después de las comidas
    • Negarse a comer acompañados
  • Necesidad de hacer ejercicio de forma obsesiva
  • Distorsión de la imagen corporal
  • Perfeccionismo en todos los ámbitos de su vida
  • Falta de autoestima
  • En las mujeres, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos en un plazo previsto.
Con una observación a simple vista, se podrían identificar síntomas muy frecuentes:

  • Piel pálida
  • Boca seca
  • Sensación de frío continua
  • Debilidad muscular
Para confirmar el diagnóstico se realizará:
  • Entrevista con la persona
  • Descartar todo tipo de enfermedad orgánica.
  • Pruebas de psicodiagnóstico: concentración de albúmina, pruebas de densidad ósesa, conteo sanguíneo completo, electrocardiografía, eletrólitos, pruebas de función renal, hepática y tiroidea, proteína total, análisis de sangre y orina.
Una vez hecho el diagnóstico y descartado cualquier patología orgánica que lleve a la pérdida de peso o a algunos de los síntomas citados anteriormente, se empieza a tratar al paciente. Es uno de los aspectos más difíciles puesto que hay que conseguir que la persona reconozca que tiene una enfermedad. El proceso de tratamiento incluye no solo al paciente y al médico, sino que consiste en una intervención coordinada entre médico, paciente, psiquiatra, psicólogo, endocrino y ginecólogo. Además, en estos casos juega un papel muy importante el apoyo familiar.

El tratamiento consta de una serie de fases:
  • En un primer momento reina la recuperación del peso normal.
  • Control de la recuperación de peso. Hay que asegurarse de que la personan está recuperando los hábitos alimenticios.
  • Tratamiento psicológico: información, hablar de los problemas, de sus pensamientos, intervención familiar, etc.
  • Tratamiento farmacológico, si es preciso. Se utilizarán antidepresivos y otros psicofármacos que tratan síntomas como la ansiedad y la tristeza.

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