Se trata de un trastorno neurológico que se caracteriza por la presencia de sensaciones extrañas y desagradables estando sentado o tumbado. Estas sensaciones que son descritas por el paciente como pinchazos, picores, hormigueos o quemazón implican la necesidad imperiosa de mover las piernas para aliviarlas.
El síndrome de piernas inquietas (SPI) puede afectar a la calidad de sueño ya que ocasiona somnolencia durante el día, así como cuadros de ansiedad y depresión que repercuten de manera importante sobre la calidad de vida de las personas afectadas.
Los principales signos y síntomas:
- Necesidad irresistible de mover las piernas.
- Inicio o empeoramiento de los síntomas durante períodos se inactividad.
- Alivio con el movimiento.
- Se empeoran los síntomas a últimas horas de la tarde o por la noche.
En otros casos, parece estar relacionado a los siguientes factores o condiciones, aunque los investigadores aún no saben si estos factores realmente causan el síndrome.
- Las personas con niveles bajos de hierro o con anemia pueden tener una tendencia a desarrollarlo. Una vez que se hayan corregido los niveles de hierro o la anemia, los pacientes pueden ver una disminución en los síntomas.
- Las enfermedades crónicas como el fallo renal, la diabetes, la enfermedad de Parkinson, y la neuropatía periférica están asociadas con el SPI. Cuando se trata la enfermedad principal a menudo se obtiene un alivio de los síntomas.
- Algunas mujeres embarazadas lo sufren, especialmente en su último trimestre. En la mayoría de estas mujeres, los síntomas generalmente desaparecen a las 4 semanas del parto.
- Algunos medicamentos para prevenir la náusea, las convulsiones, los antipsicóticos, y algunos medicamentos para el catarro o las alergias-pueden agravar los síntomas. Los pacientes pueden consultar con su médico sobre la posibilidad de cambiar los medicamentos.
Es importante mantener un horario de sueño regular, realizar ejercicio físico moderado (a últimas horas de la tarde), y reducir el consumo de café, tabaco y alcohol.
Si se identifican posibles causas del SPI, lo primero es intentar corregirlas (déficit de hierro, fármacos antidepresivos y algunos bloqueantes de la dopamina, alteraciones en el funcionamiento renal, etc.).
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