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lunes, 23 de noviembre de 2015

Ascitis



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La ascitis es una acumulación de líquido en el abdomen, dentro de la cavidad peritoneal.

También conocida como hidropesía. Esta enfermedad puede tener diversas causas. En la mayoría de los casos, es signo de una enfermedad grave. La causa más comun es la cirrosis hepática presentando normalmente una hipertensión de la vena porta o hipertensión portal. Otra causa es la falta de proteínas ya sea por malnutrición o malabsorción. Enfermedades cardíacas, renales, tumorales e infecciones tambien pueden llevar a la ascitis.

Por lo general, el paciente suele estar en tratamiento médico desde hace tiempo, por lo que a menudo se conoce la causa de la acumulación de agua en la cavidad abdominal. Cuando existe ascitis el médico realiza un examen físico para hallar el diagnóstico. Según la cantidad de líquido que haya en el abdomen, en el examen salta a la vista el aumento de la anchura del vientre. Si se golpea con la mano en un lateral del vientre, se forma una onda que se puede palpar hasta el otro lado (lo que se denomina fenómeno de ondulación). De este modo, el médico que realiza el examen puede distinguir un abdomen ascítico de uno hinchado por sobrepeso. Una prueba complementaria y eficaz para verificar que existe ascitis es la ecografía. Por otra parte se ha de examinar el líquido y para ello realizaremos una punción.



En cuanto al tratamiento se debe realizar un régimen de vida tan normal como sea posible. Se recomienda el reposo posición horizontal unas 10 horas al día, pero más reposo es contraproducente. La reducción de la ingesta de sal facilita la desaparición de la ascitis y los edemas, por lo que se debe  evitar ingerir más de 1-2 g de cloruro sódico (sal común) al día. La cantidad de líquidos que tome habitualmente será menor que la orina eliminada, y las aguas minerales deben tener bajo contenido en sodio. Es recomendable pesarse 2 veces a la semana y medir la cantidad de orina emitida en 24 horas para controlar la respuesta al tratamiento.

También se tratan con medicamentos, y los más utilizados en el tratamiento de los pacientes con cirrosis y ascitis son los diuréticos, principalmente espironolactona y furosemida. Estos medicamentos aumentan la cantidad de orina y eliminan el exceso de sodio corporal acumulado. Para controlar el tratamiento con estos fármacos se solicitarán periódicamente análisis de sangre y orina. La espironolactona tiende a retener potasio en sangre, por lo que se debe tener cuidado con los alimentos más ricos en potasio como los cítricos, higos, nueces, dátiles, ciruelas, aguacates, tomates, plátanos y bebidas isotónicas, entre otros.

En las fases avanzadas de la enfermedad hepática, la ascitis es refractaria al tratamiento diurético y es necesario extraer el exceso de líquido mediante la inserción de una aguja en el abdomen a través de la piel (paracentesis evacuadora) reponiendo la pérdida de proteínas y volumen de líquidos con albúmina intravenosa.  Algunos pacientes con ascitis y signos de mal pronóstico (tensión arterial baja, sodio bajo en sangre y en orina) deben ser evaluados para trasplante hepático si no existe contraindicación para su realización.


Se puede disminuir el riesgo de desarrollar algunas enfermedades que causan la ascitis siguiendo pautas como: no beber alcohol o limitar la ingesta de alcohol y buscar atención médica regular y seguir su plan de tratamiento para las enfermedades crónicas y condiciones, tales como la cirrosis del hígado, diabetes, obesidad, colesterol alto y enfermedad arterial coronaria.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Diarrea aguda



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La diarrea se define como la presencia de heces más líquidas de lo habitual, normalmente acompañadas de un incremento en el número de deposiciones. Es uno de los trastornos intestinales más frecuentes ya que todo el mundo lo ha sufrido en algún momento de su vida. Se considera diarrea aguda cuando su duración es inferior a 3 semanas, ya que cuando es superior a este periodo de tiempo se conoce como diarrea crónica.



La diarrea aguda se manifiesta en los pacientes que la padecen con los siguientes síntomas:
  • Aumento del número de las deposiciones líquidas.
  • Malestar general.
  • Nauseas y vómitos.
  • Dolor abdominal e hinchazón abdominal.
Estos síntomas suelen ser más intensos en los primeros 2-4 días de enfermedad.

La diarrea aguda no requiere de un tratamiento específico. Es fundamental que el paciente mantenga un aporte de líquidos adecuado para evitar la deshidratación. En algunos casos los vómitos y la diarrea son tan intensos que no se puede mantener una ingesta adecuada de líquidos por vía enteral, es importante acudir al médico para conseguir una hidratación adecuada por vía venosa. También debes acudir al médico si la diarrea se acompaña de fiebre elevada o presencia de sangre en las heces. El tratamiento habitual consiste en beber el suficiente líquido para reponer líquidos y sales. Existen bebidas comerciales, como las que toman los deportistas, que puede ser suficiente. También existen preparados farmacéuticos desarrollados para este fin. En cuanto los vómitos cedan, se debe mantener una dieta astringente, con alimentos fáciles de digerir como plátanos, manzanas, pan tostado o arroz. Con el paso del tiempo se irán añadiendo progresivamente alimentos más habituales. Es importante la supresión de lácteos.
El origen de la diarrea aguda casi siempre es un proceso infeccioso, que a veces puede ser vírico. También puede existir diarrea por intoxicación alimentaria, que normalmente dura entre 30 minutos y 6 horas después de la ingesta. Otra causa que provoca la diarrea aguda son los fármacos, especialmente los antibióticos, que pueden causar diarrea incluso entre 4 y 6 semanas después de su consumo.

Unos cuantos consejos de los autores del blog para prevenir la diarrea aguda son:

  • Lavar bien la fruta y los vegetales antes de ser ingeridos.
  • No consumir leche no pasteurizada o alimentos hechos con ella.
  • Tener cuidado con la fecha de caducidad de los alimentos.
  • Cocinar bien los huevos, la carne, el pescado y el marisco antes de consumirlos.
  • Mantener limpias las superficies y los utensilios de trabajo en la cocina.
  • No consumir aguas estancadas o contaminadas.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Estreñimiento



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El estreñimiento es una alteración del intestino que consiste en una excesiva retención de agua en el intestino grueso y el consiguiente endurecimiento de las heces, por lo cual se hace muy difícil su expulsión.

Su manifestación consiste en realizar 3 o menos evacuaciones en una semana.
Todo el mundo sufre estreñimiento en alguna ocasión durante su vida pero normalmente no es un problema serio y dura poco tiempo.

Existen 2 tipos de estreñimiento:
  • Estreñimiento pasajero: Como su nombre indica, surge de forma temporal, por una causa externa relacionada con cambios en la dieta, en el ritmo de vida, irse de vacaciones, el estrés, la falta de ejercicio, la toma de medicación... A los pocos días suele retomar el ritmo normal.
  • Estreñimiento crónico: Se produce por periodos de tiempo largos. Se debe descartar una enfermedad más grave y adoptar hábitos saludables que restablezcan el ritmo normal de la evacuación.
Los síntomas desencadenados por el estreñimiento son:
  • Dificultad para la evacuación intestinal.
  • Evacuación dolorosa.
  • Heces secas, pequeñas y duras.
  • Ausencia de movimiento intestinal o movimiento intestinal poco frecuente.
  • Esfuerzo para defecar.
  • Dolor abdominal.
  • Nauseas y vómitos.
  • Hinchazón abdominal e incomodidad.
El tratamiento del estreñimiento depende de la causa que lo produce. En la mayoría de los casos es suficiente con una dieta rica en fibra y en los casos más críticos puede ser necesario recurrir a la cirugía.

Para realizar el diagnóstico del estreñimiento el médico debe conocer los hábitos dietéticos, la toma de fármacos y la existencia de otras enfermedades. Para estudiar el intestino por dentro se utiliza un colonoscopio, que consiste en un tubo con una cámara incorporada que permite ver las paredes del intestino y descubrir la presencia de lesiones.


El estreñimiento duradero puede desencadenar numerosas complicaciones como:
  • Hemorroides o fisuras en el ano debido a las heces duras.
  • Impactación fecal debido a que se acumula una masa de heces endurecidas que no puede ser eliminado.
  • El prolapso rectal, que se produce cuando una pequeña cantidad de tejido rectal es empujado hacia el exterior a través del ano. Esta condición puede dar lugar a una secreción de moco por el ano.
  • Si para solucionar el estreñimiento utiliza laxantes con frecuencia, puede causar síndrome del intestino.
Los autores del blog aconsejamos para ayudar a prevenir o curar el estreñimiento el consumo de una dieta rica en fibra y no llevar una vida sedentaria. No es una buena idea utilizar laxantes como primer recurso. Además hay alimentos como la papaya, los kiwis o las ciruelas que pueden ser muy efectivos. También la miel de abeja o el vinagre de manzana. Frotarse el vientre con aceite de oliva en movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj puede ayudar, aunque no es una técnica demostrada. 





viernes, 20 de noviembre de 2015

Esofagitis



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Esofagitis.

La esofagitis es una enfermedad del esófago que consiste en cualquier inflamación, irritación o hinchazón del esófago, que es el tubo del aparato digestivo que conecta la parte posterior de la boca y el estómago.


Con frecuencia es causada por el reflujo de líquido desde el estómago al esófago. Este líquido gástrico es ácido e irrita el tejido del tubo. Este problema es denominado reflujo gastroesofágico.

Los principales factores que incrementan las posibilidades de padecer esta enfermedad son:

  • Consumo de alcohol.
  • Tabaquismo.
  • Cirugía y radiación torácica.
  • Consumo de ciertas medicaciones.
Los síntomas desencadenados por esta enfermedad son:
  • Tos.
  • Dificultad para deglutir.
  • Deglución dolorosa.
  • Acidez gástrica.
  • Ronquera.
  • Dolor en la garganta.
El tratamiento que se suele aplicar a esta patología va relacionado con la causa que lo desencadena. Para el reflujo, el principal tratamiento son medicamentos que reduzcan la acidez estomacal debido a la inhibición de las bombas sodio-potasio.

Las pruebas diagnósticas más típicas para detectar esta patología son: 
  • Manoetría esofágica, que consiste en pasar una sonda sensible a la presión desde la boca o nariz hasta el estómago. Una vez ha llegado al estómago, se lleva hasta el esófago y se pide al paciente que degluta, para que la sonda mida la presión de las contracciones esofágicas a lo largo de la sonda.
  • La esofagogastroduodenoscopia, que consiste en una biopsia del esófago para análisis.
  • La esofagografía, que consiste en la toma de imágenes del esófago durante la deglución, para ver su funcionamiento.
Las posibles complicaciones de la esofagitis sin tratamiento son una molestia intensa que puede hacer que se produzca un estrechamiento del esófago provocando la dificultad para deglutir. Tras mucho tiempo con esta patología, puede producirse síndrome de Barrett, que en ocasiones termina desencadenando un cáncer de esófago.

Para evitar la esofagitis existen una serie de remedios caseros que evitan el reflujo del ácido gástrico:
Evitar las comidas pesadas o picantes.
  • Dejar de fumar.
  • No beber alcohol.
  • Mantener el peso en los valores recomendados debido a que el sobrepeso contribuye a la aparición de esta patología.
  • El aloe vera calma los síntomas de la esofagitis.
  • Consumir vinagre de manzana disuelto en agua antes de las comidas. Las manzanas rojas o el jengibre también contribuyen a reducir los síntomas.