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miércoles, 2 de diciembre de 2015

Derrame pleural

El derrame pleural (DP), es una acumulación patológica de líquido en el espacio pleural, que es la zona que separa los pulmones de la cavidad torácica. En condiciones normales, el cuerpo produce pequeñas cantidades de líquido para lubricar las superficies de la pleura, pero cuando hay una sobreproducción y acumulación de este, es cuando se produce el derrame.
Derrame pleural en el pulmón derecho

La causa más frecuente son los tumores malignos de cualquier órgano (pero principalmente los que aparecen en un cáncer de pulmón) y las inflamaciones de los pulmones bacterianas y tuberculosis. Es por esto por lo que cuando se produce un derrame pleural, el organismo puede estar avisando de la presencia de algún cáncer a cualquier nivel u otra enfermedad asociada.

En función de la cantidad de líquido acumulado, el paciente puede estar asintomático o presentar alguno de los siguientes síntomas, puesto que son los más frecuentes.

  • Dificultad respiratoria o respiración rápida debida al dolor torácico
  • Fiebre
  • Tos
  • Hipo
  • Dolor torácico, que provoca la dificultad respiratoria.

¿Cómo se tratará?
El objetivo principal del tratamiento es drenar el líquido en exceso que se encuentra en la pleura, pero también estará orientado a evitar que se vuelva acumular más líquido y a conocer la causa que llevaron a esta acumulación.

La principal forma de extraer el líquido es con la toracocentesis. Se realiza de la siguiente forma:
  1. El paciente se sienta en una cama o en el borde de esta. La cabeza y brazos los apoyará en una mesa.
  2. Se limpia la piel en la zona donde se va a realizar la técnica y se inyecta un anestésico local.
  3. Se introduce la aguja en la zona. Se debe utilizar el primer o segundo espacio intercostal por debajo del nivel, en la línea axilar media posterior (5º o 6º espacio intercostal), o a nivel subescapular; pero no más abajo del octavo espacio intercostal porque puede haber riesgo de lesionar las vísceras de la cavidad abdominal, ni nunca por debajo del borde inferior de la costilla, porque hay riesgo de lesión del paquete vasculonervioso intercostal.
  4. Se extrae el líquido.
  5. Se envía el líquido a un laboratorio para su posterior análisis (aunque este paso es opcional y dependerá del caso).
Para entenderlo mejor os adjuntamos los pasos de este procedimiento en un vídeo en 3D, donde resulta más fácil de comprender.



martes, 1 de diciembre de 2015

Edema pulmonar

El edema pulmonar es un acúmulo de líquido en los pulmones. Si ocurre en un plazo corto de tiempo, se suele llamar edema agudo de pulmón y, en este caso, es una urgencia médica, ya que la capacidad respiratoria del paciente puede verse comprometida.
¿Por qué ocurre?
Los pulmones se llenan de líquido cuando la sangre que está normalmente dentro de los vasos sanguíneos sale hacia el exterior inundando los alveolos pulmonares. Por supuesto, esto sólo pasa cuando algo funciona mal en los propios pulmones o en el corazón; así, podemos dividir el edema de pulmón en los siguientes tipos:
  • Edema de pulmón cardiogénico
  • Edema de pulmón no cardiogénico
  • Edema pulmonar neurogénico
Todos ellos tienen en común que provocan sensación de falta de aire, lo que también se conoce como disnea.
La causa más habitual de un edema pulmonar suele ser una insuficiencia cardíaca congestiva, que a su vez puede estar causada por una subida repentina de la presión arterial, válvulas aórticas, o ataques cardíacos o problemas del miocardio.
Sin embargo, el edema pulmonar también puede deberse a otras causas, como la toma de determinados fármacos, insuficiencia renal, daños al pulmón causados por intoxicaciones o infecciones, encontrarse expuesto a grandes alturas...
Lo más importante en el tratamiento de un edema pulmnar es detectar rápidamente las causas que han provocado su aparición, con el fin de corregirlas (tratamiento etiológico), porque también el pronóstico dependerá de dichas causas y del manejo de las mismas. Por supuesto, además de esto, para tratar el edema pulmonar en sí hay que evitar que disminuya la concentración de oxígeno en sangre (tratamiento de soporte), lo que se puede conseguir de la siguiente manera:
  • Oxígeno: se debe administrar oxígeno en mascarilla a todos los enfermos con edema agudo de pulmón. El flujo debe ser continuo y con una concentración de entre 60-90% de oxígeno en el aire inspirado.
  • PEEP: es la presión positiva al final de la inspiración. Es un aparato que transmite una presión positiva hacia los pulmones, lo que permite distender los alveolos y favorecer el intercambio de oxígeno.
  • Ventilación mecánica: sólo si las medidas anteriores no funcionan.
En la mayoría de los casos no es posible prevenir un edema agudo de pulmón, pero los riesgos de sufrirlo se pueden reducir con el tratamiento de los problemas de salud que pueden provocarlo. Para ello es fundamental seguir una serie de consejos.
  • Automedicación. No abandone ni cambie nunca por su cuenta el tratamiento de sus problemas circulatorios.
  • Dieta. Evite en su dieta los alimentos con alto contenido en sodio.
  • Hipertensión. Preocúpese de que su hipertensión arterial esté bien controlada.
  • Factores de riesgo. Evite otros factores que pueden ser desencadenantes como el alcohol, los esteroides o los antiinflamatorios no esteroideos.
  • Relajación. Procure aprender y practicar alguna técnica de relajación física y mental.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Ascitis



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La ascitis es una acumulación de líquido en el abdomen, dentro de la cavidad peritoneal.

También conocida como hidropesía. Esta enfermedad puede tener diversas causas. En la mayoría de los casos, es signo de una enfermedad grave. La causa más comun es la cirrosis hepática presentando normalmente una hipertensión de la vena porta o hipertensión portal. Otra causa es la falta de proteínas ya sea por malnutrición o malabsorción. Enfermedades cardíacas, renales, tumorales e infecciones tambien pueden llevar a la ascitis.

Por lo general, el paciente suele estar en tratamiento médico desde hace tiempo, por lo que a menudo se conoce la causa de la acumulación de agua en la cavidad abdominal. Cuando existe ascitis el médico realiza un examen físico para hallar el diagnóstico. Según la cantidad de líquido que haya en el abdomen, en el examen salta a la vista el aumento de la anchura del vientre. Si se golpea con la mano en un lateral del vientre, se forma una onda que se puede palpar hasta el otro lado (lo que se denomina fenómeno de ondulación). De este modo, el médico que realiza el examen puede distinguir un abdomen ascítico de uno hinchado por sobrepeso. Una prueba complementaria y eficaz para verificar que existe ascitis es la ecografía. Por otra parte se ha de examinar el líquido y para ello realizaremos una punción.



En cuanto al tratamiento se debe realizar un régimen de vida tan normal como sea posible. Se recomienda el reposo posición horizontal unas 10 horas al día, pero más reposo es contraproducente. La reducción de la ingesta de sal facilita la desaparición de la ascitis y los edemas, por lo que se debe  evitar ingerir más de 1-2 g de cloruro sódico (sal común) al día. La cantidad de líquidos que tome habitualmente será menor que la orina eliminada, y las aguas minerales deben tener bajo contenido en sodio. Es recomendable pesarse 2 veces a la semana y medir la cantidad de orina emitida en 24 horas para controlar la respuesta al tratamiento.

También se tratan con medicamentos, y los más utilizados en el tratamiento de los pacientes con cirrosis y ascitis son los diuréticos, principalmente espironolactona y furosemida. Estos medicamentos aumentan la cantidad de orina y eliminan el exceso de sodio corporal acumulado. Para controlar el tratamiento con estos fármacos se solicitarán periódicamente análisis de sangre y orina. La espironolactona tiende a retener potasio en sangre, por lo que se debe tener cuidado con los alimentos más ricos en potasio como los cítricos, higos, nueces, dátiles, ciruelas, aguacates, tomates, plátanos y bebidas isotónicas, entre otros.

En las fases avanzadas de la enfermedad hepática, la ascitis es refractaria al tratamiento diurético y es necesario extraer el exceso de líquido mediante la inserción de una aguja en el abdomen a través de la piel (paracentesis evacuadora) reponiendo la pérdida de proteínas y volumen de líquidos con albúmina intravenosa.  Algunos pacientes con ascitis y signos de mal pronóstico (tensión arterial baja, sodio bajo en sangre y en orina) deben ser evaluados para trasplante hepático si no existe contraindicación para su realización.


Se puede disminuir el riesgo de desarrollar algunas enfermedades que causan la ascitis siguiendo pautas como: no beber alcohol o limitar la ingesta de alcohol y buscar atención médica regular y seguir su plan de tratamiento para las enfermedades crónicas y condiciones, tales como la cirrosis del hígado, diabetes, obesidad, colesterol alto y enfermedad arterial coronaria.