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jueves, 3 de diciembre de 2015

Embolia pulmonar

La embolia pulmonar o tromboembolismo pulmonar (TEP) es una enfermedad potencialmente mortal que se produce cuando partes de un trombo se desprenden desde alguna parte del territorio venoso, migra y se enclava en las arterias pulmonares. En la mayoría de las ocasiones, los émbolos proceden de una trombosis venosa profunda de las extremidades inferiores.
Hay varios factores que predisponen al tromboembolismo pulmonar; eso no quiere decir que inevitablemente suceda, pero sí que aumentan las probabilidades de que accidentalmente se produzca un tromboembolismo pulmonar. Algunos de estos factores de riesgo son:

  • Fracturas de extremidades inferiores (fémur, cadera, tibia, etcétera).
  • Someterse a una cirugía (sobre todo durante los días posteriores a la misma).
  • Embarazo (porque crea un estado de hipercoagulabilidad de la sangre).
  • Parto (sobre todo los días posteriores).
  • Reposo prolongado en la cama.
  • Insuficiencia venosa crónica.
  • Obesidad..
  • Toma de anticonceptivos.


Las manifestaciones clínicas de la embolia pulmonar son inespecíficas, lo que muchas veces dificulta establecer un diagnóstico.
Algunos síntomas que podrían aparecer son:
  • La mayoría provocan ahogo y respiración agitada o ansiedad. Éste puede ser la única manifestación, especialmente cuando no se produce el infarto pulmonar.
  • Dolor torácico agudo.
  • Los primeros síntomas también pueden ser mareos, desvanecimientos o convulsiones.
  • Las personas con oclusión de uno o más de los grandes vasos pulmonares pueden tener la piel de color azulada (cianosis) y fallecer de forma repentina.
  • El infarto pulmonar produce tos o  esputo teñido de sangre.
El tratamiento del tromboembolismo pulmonar debe iniciarse lo más pronto posible, ya que cuanto antes comience, más probable es que el TEP se solucione sin complicaciones:


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  • Anticoagulación con heparina: en cuanto se sospeche un TEP se debe comenzar el tratamiento anticoagulante con heparina, aunque todavía no se haya confirmado el TEP. 
  • Anticoagulación oral: tras utilizar anticoagulantes por vía intravenosa, es preciso usar dicumarínicos por vía oral. Este tratamiento se mantiene entre tres y seis meses en los mejores casos, pero si es posible la aparición de nuevos tromboembolismo pulmonar se debe mantener el tratamiento oral de por vida para prevenirlos.
  • Trombolisis: este tratamiento consiste en la destrucción (lisis) del trombo causante del TEP. Para ello se utilizan una serie de medicamentos intravenosos que son capaces de disolver el trombo. 
  • Trombolectomía: cuando los TEP masivos no se solucionan con la trombolisis se debe proceder a la trombolectomía. Este tratamiento consiste en la extracción del trombo mediante cirugía. 
  • Filtro en la vena cava: Lo normal es que la anticoagulación oral sea suficiente, como hemos indicado antes, pero a veces no es posible porque el riesgo de sangrado es demasiado elevado. En estas ocasiones se debe plantear colocar un filtro en la vena cava inferior, que es la vía que conecta el sistema venoso de las piernas con las cavidades derechas del corazón.

El tromboembolismo pulmonar se puede prevenir de forma similar a la prevención de la trombosis venosa profunda de las piernas, al ser una consecuencia de ésta en el 95% de los casos. Las medidas más importantes serían:
  • Realizar ejercicio físico frecuente: moviliza la sangre venosa de las piernas y evita factores de riesgo como la obesidad.
  • No fumar y no tomar anticonceptivos sin prescripción médica.
  • Prevenir la trombosis en situaciones de riesgo con tratamiento anticoagulante (cirugía, traumatismos, parto, inmovilización prolongada…).

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Fibrosis quística pulmonar



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La fibrosis quística es una patología que afecta a diversos órganos. En esta entrada nos vamos a centrar en la fibrosis pulmonar (que ocurre igual que la fibrosis que afecta a otros órganos)


    Se trata de una enfermedad genética autosómica (no ligada a los cromosomas sexuales, es decir, a los que determinan el sexo) recesiva (no dominante, es necesario tener los dos alelos recesivos para padecerla). Debido a que depende de nuestra genética, en caso de padecerla, se tendría desde el momento del nacimiento, aunque se suele diagnosticar y aparecer o bien al rededor de los dos años (en la mayoría de los casos), o bien al rededor los 18. Las personas que la padecen viven hasta los 40 años aproximadamente. La padecen entre 1 de cada 4.500 y 1 de cada 6.500 nacidos vivos. Esta enfermedad provoca una acumulación de moco espeso en los pulmones, que ocasionan infecciones. Este acúmulo la convierte en una enfermedad de gran mortalidad.



  Como ya se ha dicho, su causa es genética, y se debe a que el gen para la proteína CFTR está defectuoso y no produce esta proteína adecuadamente. La función de la proteína es regular la absorción y secreción de sal y agua en órganos como por ejemplo los pulmones, y al no existir una correcta regulación se produce un moco espeso y pegajoso.

   
   En cuanto al los signos y síntomas que tienen lugar a nivel de los pulmones podemos encontrar tos y aumento de la mucosidad, fatiga, congestión nasal, continua recurrencia de neumonía, infecciones de las vías respiratorias y los muy comunes dedos en palillo de tambor (ver foto) (se deben a que el oxígeno de la sangre se ve disminuido).

Dedos en palillo de tambor
     Para saber si se padece esta patología se llevan a cabo una serie de pruebas y exámenes que tienen como finalidad detectar si existe alteración de la proteína CFTR y del gen que la produce. Entre estas pruebas podemos mencionar el análisis de sangre, el examen del tripsinógeno imunoreactivo o la prueba del cloruro (sal) en sudor. También se pueden llevar a cabo otras pruebas como las de función pulmonar, radiografías de tórax, tomografía computarizada, etc.

    En cuanto al tratamiento, esta enfermedad no tiene cura conocida, por lo que este tendrá como finalidad reducir y aliviar signos y síntomas. Es importante detectar la enfermedad cuanto antes y empezar el tratamiento de forma rápida. En el se usan fármacos como inhaladores, antibióticos, vacunas (para prevenir enfermedades que en combinación con la fibrosis empeorarían la situación), oxigenoterapia, substancias para eliminar el moco, etc. Además es recomendable hacer ejercicios respiratorios (fisioterapia respiratoria) (es muy recomendable además dar pequeños golpecitos con el puño o dedos sobre el pecho y espalda para favorecer la expulsión de moco-drenaje postural-ver foto) y llevar una dieta adecuada (a decisión del médico).

    
Drenaje postural
Aquí tenéis un vídeo en el que se habla de los últimos tratamiento innovadores que se han creado para la fibrosis pulmonar.



   Os dejo una serie de cuidados y recomendaciones que podéis realizar desde casa si teneis fibrosis quística pulmonar:

  • Consultar dieta con el médico y seguirla.
  • Evitar el polvo, humo, vapores, sustancias químicas vaporosas, moho, etc.
  • Tomar muchos líquidos.
  • Hacer ejercicio adaptado a cada tipo de persona, como nadar, correr, andar en bicicleta, etc.
  • Extraer el moco y secreciones de las vías respiratorias de una a cuatro veces al día.
  • Acudir a grupos de apoyo.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Neumotórax



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    Los pulmones están rodeados por una membrana llamada pleura. Esta tiene dos capas, una pegada al pulmón (visceral) y otra que da al tórax (parietal). El neumotórax se produce cuando se filtra aire de los pulmones y se queda retenido entre ambas membranas separándolas y ejerciendo presión, por lo que dificulta que el pulmón se expanda como lo haría normalmente. 


Pleuras
Neumotórax












   

   Las causas del neumotórax se deben a agresiones al pulmón, ya sean producidas por agentes del mismo pulmón (ampollas, vesículas o burbujas de aire que rompen; enfermedades pulmonares como la fibrosis quística, asma, EPOC, etc.) o por agentes externos (recibirá el nombre de neumotórax traumático) (puñalada, costillas que rompen y se clavan, procedimientos médicos (recibirá el nombre de neumotórax yatrógeno), cambios de presión-por ejemplo al bucear a grandes profundidades-etc.)

    Los síntomas principales cuando se sufre un neumotórax son la dificultad para respirar y un dolor muy intenso en el lado en el que se produjo esta alteración, acompañados de aumento del ritmo cardíaco, sudoración, palidez, coloración azulada de la piel (por falta de oxígeno) y en ocasiones tos con sangre, entre otros.

    Para su diagnóstico se realizarán pruebas como radiografías en expiración (tras expirar el aire), auscultación de los pulmones o gasometría arterial.


Radiografía
Auscultación

















Se extrae sangre de la arteria para su análisis. Es doloroso.
    El tratamiento tiene como finalidad que el pulmón se expanda y las dos pleuras se vuelvan a unir. Si el neumotórax no es grave bastará con cinco días de reposo, pero normalmente es necesario realizar un drenaje para extraer el aire. Se puede hacer con aguja aspirando (si el neumotórax es leve) o colocando una sonda entre las costillas de forma que llegue al espacio que ha acumulado aire. También puede ser necesario cirugía que impida que se vuelva a producir otro neumotórax (una vez que ya se ha producido el primero, aumentan mucho las probabilidades de que ocurra de nuevo).


Con aguja
Con sonda














   Como recomendación personal os diría que la mejor forma de evitar un neumotórax es llevar una vida saludable, sobre todo no fumando, ya que es una de las causas más frecuentes de neumotórax. Además, como curiosidad deciros que cuando una persona sufre un neumotórax izquierdo suelen pensar que lo que están teniendo es un ataque de corazón, debido al intenso dolor que les produce. 

    
Os dejo aquí un vídeo resumen por si os ha quedado alguna duda: