jueves, 17 de diciembre de 2015

Cáncer de ovario



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Las mujeres tienen dos ovarios que se encuentran en la pelvis y se comunican con el resto del aparato reproductor femenino por las trompas de falopio. Su función principal es la reproducción y la producción de hormonas femeninas. Están recubiertos por células epiteliales y de su malformación surgen la mayoría de los cánceres de ovario.
Este tipo de tumor se desarrolla sobre todo en las mujeres de entre 50 y 70 años. Su incidencia se sitúa en torno a 1 de cada 7 mujeres. Aunque es el tercer cáncer más frecuente del aparato reproductor femenino, es el más mortal.



A día de hoy se desconocen las causas. Sin embargo se conocen diversos factores hormonales y reproductivos que favorecen su aparición, por ejemplo, la infertilidad o un número pequeño de embarazos. También existen factores genéticos, causantes del 10-15% de los casos. Algunos factores ambientales como la grasa de la dieta y algunas infecciones por virus son sospechosos de ser causantes. 15 de cada 1000 mujeres son diagnosticadas de este tipo de cáncer durante su vida y el mayor número da casos se da en mujeres postmenopáusicas. La obesidad, el tabaquismo y la edad avanzada son otros factores de riesgo.

Es una enfermedad casi asintomática que puede alcanzar una fase muy avanzada antes de producir cualquier síntoma. El primer síntoma que suele aparecer es un ligero malestar en la parte inferior del abdomen, similar a una indigestión. También la hemorragia uterina es muy frecuente. En las mujeres postmenopáusicas con cáncer de ovarios se suelen presentar ovarios de mayor tamaño. También es frecuente que aparezca líquido en el abdomen, dolor en la pelvis, anemia y pérdida de caso. Es poco común el crecimiento excesivo del revestimiento interno uterino, aumento de las mamas y cansancio constante.

Es difícil de establecer un diagnóstico en los primeros estadíos debido a la tardanza de la aparición de síntomas. Además es frecuente confundir el cáncer de ovario y problemas gastrointestinales debido a que los síntomas son muy parecidos.
Cuando se detecta una masa pélvica en una revisión ginecológica rutinaria, se debe realizar una ecografía o TAC y análisis de sangre especial llamada CA-125, que hacen más firme la sospecha de cáncer, solo confirmable mediante una cirugía.



El tratamiento consiste en una cirugía gracias a la cual se extirpará por completo útero y ambos ovarios junto a los ganglios regionales. Se tomarán citologías y biopsias de todo el interior abdominal. En algunos casos de mujeres jóvenes se puede dar una cirugía conservadora para preservar por completo la fertilidad. Tras la operación, a no ser que sean tumores poco agresivos y en fases muy precoces, siempre se administra quimioterapia.

En cuanto a la prevención, el cáncer ovárico es menos frecuente en mujeres que hayan tenido varios embarazos y en mujeres que han consumido anticonceptivos orales durante años. No está  justificado el uso preventivo de anticonceptivos debido a que sufren múltiples efectos secundarios.
En los casos de mujeres con un riesgo muy alto, como las que tienen un síndrome hereditario de cáncer de mama y ovario, puede proponerse la extirpación de ovarios a partir de los 35 años. Debido a esto es muy importante conocer el historial familiar para la prevención de estos tumores.

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