viernes, 27 de noviembre de 2015

Peritonitis

Es una inflamación o irritación del peritoneo. El peritoneo es la capa te tejido delgado que recubre la pared interna del abdomen y cubre la mayoría de los órganos abdominales.
La peritonitis suele ser un proceso agudo, es decir, ocurre de forma rápida, y puede afectar a una zona del peritoneo (peritonitis localizada), o a la totalidad de éste (peritonitis generalizada). Se clasifica en tres grandes grupos:
  • Peritonitis primaria: ocurre generalmente en pacientes con ascitis  o en pacientes sometidos a diálisis peritoneal.
  • Secundaria a diferentes causas: perforación de una víscera hueca abdominal (estómago, intestino…), contaminación por gérmenes durante una cirugía o por una herida traumática, por rotura de una colección de pus (absceso), etcétera.
  • Peritonitis terciaria: ocurre en pacientes con muy mal estado (fallo multiorgánico) después de una cirugía abdominal, debida probablemente al paso de gérmenes a la cavidad peritoneal desde el interior de la luz intestinal.



El síntoma más importante de la peritonitis es el dolor abdominal. Suele ser brusco e intenso, y su localización depende de la causa que produce la inflamación del peritoneo. Cuando la infección avanza el dolor suele generalizarse y afectar a todo el abdomen. Es frecuente que empeore con los movimientos y con la tos, provocando muchas veces que el paciente coloque las rodillas flexionadas para impedir la distensión de las fibras nerviosas que inervan la cavidad peritoneal.
Otros síntomas que suelen estar presentes en la peritonitis son la fiebre, los vómitos o la interrupción del tránsito intestinal.
El diagnóstico de peritonitis se realiza la mayoría de las veces en base a los síntomas, la exploración física y las pruebas de imagen, siendo la más utilizada la tomografía computarizada (TAC). Sin embargo, en algunos tipos de peritonitis las pruebas analíticas resultan fundamentales.
La peritonitis requiere hospitalización urgente en un servicio de cirugía. Se coloca una perfusión intravenosa al paciente para compensar las pérdidas de líquidos. La intervención quirúrgica tiene como objetivo, por una parte, curar la causa de la peritonitis y, por otra, limpiar la cavidad abdominal y colocar un drenaje, destinado a evacuar sangre o pus. Esta operación se completa con la administración de antibióticos. La hospitalización suele tener una duración de 8 a 15 días.


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