lunes, 14 de diciembre de 2015

Incontinencia urinaria

    La incontinencia urinaria se puede definir como la incapacidad de impedir la pérdida de orina, de forma que esta sale involuntariamente a través de la uretra (conducto que lleva la orina de la vejiga al exterior). Esta alteración es más frecuente en niños, ancianos y mujeres.

    La causa que produce esto es que la presión de la vejiga es mayor que la de la uretra. Esto lo puede producir diversos trastornos, como la hiperactividad del músculo (que expulsa la orina al exterior), daños neurológicos o cerebrales, alteración en el esfínter externo,fallo en el esfinter interno, alteración en los músculos pélvicos, obstrucción de las vías urinarias, demencia y otros problemas de salud mental, embarazo, infección de la próstata, inflamación de las vías urinarias, aumento de peso, confusión mental, cierto fármacos, cáncer de vejiga, etc. Para que podáis entender mejor de lo que os he hablado os dejo una imagen de la forma y partes del aparato urinario.


   El único síntoma que presenta esta alteración es la pérdida involuntaria de orina.

    Para su diagnóstico se lleva a cabo una exploración física del aparato urinario, con pruebas de sensibilidad, analíticas, estudios radiológicos y urodinámicos (de la orina). Además puede ser necesarias pruebas complementarias para descartar otras patologías.

    Existe una gran variedad de medidas y tratamientos a tomar. Principalmente se emplea el tratamiento farmacológico (en el que se emplean diversos fármacos con distintas funciones), la cirugía, el autosondaje intermitente (para vaciar la vejiga), el entrenamiento de la vejiga, la estimulación eléctrica intravaginal (para fortalecer el suelo pélvico), etc.

    Para evitar la rápida aparición o la no aparición de este trastorno se pueden llevar a cabo un serie de medidas y cuidados que me interesa dejaros. Entre estos podemos destacar los siguientes:
  • Evitar el consumo de comidas excesivamente picantes.
  • Llevar una dieta sana, como por ejemplo la mediterránea.
  • Mantener un peso adecuado evitando la obesidad (ya que esta aumenta la presión).
  • Consumir fibra para evitar el estreñimiento.
  • Evitar o reducir el uso de diuréticos.
  • No empujar con fuerza al orinar, así se evita dañar al músculo detrusor.
  • Realizar los llamados ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos del suelo pélvico. Os dejo un vídeo con una serie de ejercicios por si estáis interesados en practicarlos.

    


Referencias:




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